Las campanas se mueven al compás de una brisa polar que no se siente todos los días...
¿Por qué, dices?
Porque no estás, la brisa sería más cálida si te tuviera conmigo en este instante.
Los lamentos se baten con los pensamientos de un futuro que espero, sentado en las piedras de esta playa que dañan la piel...
¿Lo bueno, dices?
La sal puede curar las heridas, fin y al cabo, no son más que embates del tiempo que quiero a tu lado. Son sacrificios del tiempo que no estoy contigo, por eso espero...
¿Lo malo, dices?
Esperar soles y soles, para ver cumplido mi sueño...
¿Lo extraño, dices?
La noche. En el momento en el que mi cerebro se vuelve en mi contra, causando espasmos en cada cabo de pensamiento suelto...
Puedo notar como en el camino, todo lo demás pierde interés, cada vez más. No lo quiero. Solo quiero un algo, un alguien, un Él. Mi El.
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