lunes, 6 de agosto de 2012

Una osa en una tienda de vasijas

Si, tal cual, grande y destruyendo todo a su paso...
Así parece haber resultado este encantamiento, pero nada luce tardío para 'aceptar' un poco de franqueza...
Es como tomar una vía y agregarle una "Y" muy grande, separando los carriles a su máximo nivel...

Aún resultan confusas las alteraciones tan espasmódicas y extrañas, hiladas con una rueca bajo la manga, en mi opinión...
Aún resulta perturbador el silencio perpetuo, inhóspito...
Aún resulta perturbador el sonido constante de aquella gotera perdida en la noche...
Aún resulta desesperante el gemir de cada manecilla de aquel reloj de plástico...

Ese rostro, demacrado y casi inexpresivo...
Es tan cruel, no sé bien qué sentir...
¿Compasión? ¿Tristeza? ¿Alegría? ¿Lástima? ¿Decepción?
No lo se... Eso si que merece tristeza de sobra...

Más de seis décadas resultan alterables por los gritos y el alboroto...
Conseguí algo...
Pero. He allí siempre un "pero"...
No sé como resultará todo para los demás...

Espero sea una entrada de oxígeno en este pantano sulfuroso...
Espero la diferencia sea notoria...
Espero la brea se retire y deje paso a lo que en otrora fuese pasto tierno...

No comprendo porque me sigo sintiendo mal. Es lo correcto. Lo sé...

Es como un vacío...
Sólo es hambre.



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